lunes, 30 de enero de 2017

Red tendida




"Cada acción genera una fuerza de energía que regresa a nosotros de igual manera… Cosechamos lo que sembramos.
Y cuando optamos por acciones que les producen alegría y éxito a los demás, el fruto de nuestro karma es también alegría y éxito.
El Karma es la afirmación eterna del libre albedrío... Nuestros pensamientos, nuestras palabras y nuestros actos son los hilos de la red que tendemos a nuestro alrededor."

Swami Vivekananda

domingo, 29 de enero de 2017

Afinidad




No en cómo un alma se acerca a otra, sino en cómo se aleja de ella, reconozco yo su afinidad y homogeneidad con la otra.

F. Nietzsche - Humano, demasiado humano. Un libro para espíritus libres.


domingo, 22 de enero de 2017

17 Haikus




Después de un viaje a Japón, el escritor argentino Jorge Luis Borges publicó en su libro La cifra (1981) estos 17 haikus:

1

Algo me han dicho
la tarde y la montaña.
Ya lo he perdido.

2

La vasta noche
no es ahora otra cosa
que una fragancia.

3

¿Es o no es
el sueño que olvidé
antes del alba?

4

Callan las cuerdas.
La música sabía
lo que yo siento.

5

Hoy no me alegran
los almendros del huerto.
Son tu recuerdo.

6

Oscuramente
libros, láminas, llaves
siguen mi suerte.

7

Desde aquel día
no he movido las piezas
en el tablero.

8

En el desierto
acontece la aurora.
Alguien lo sabe.

9

La ociosa espada
sueña con sus batallas.
Otro es mi sueño.

10

El hombre ha muerto.
La barba no lo sabe.
Crecen las uñas.

11

Ésta es la mano
que alguna vez tocaba
tu cabellera.

12

Bajo el alero
el espejo no copia
más que la luna.

13

Bajo la luna
la sombra que se alarga
es una sola.

14

¿Es un imperio
esa luz que se apaga
o una luciérnaga?

15

La luna nueva
ella también la mira
desde otro puerto.

16

Lejos un trino.
El ruiseñor no sabe
que te consuela.

17

La vieja mano
sigue trazando versos
para el olvido.


Jorge Luis Borges


[...] Este número 17 coincide curiosamente con el número de las sílabas que componen cada haiku japonés. No sé si esto es intencionado o si se trata de pura coincidencia. [...]




lunes, 9 de enero de 2017

Himno a la Materia




"Bendita seas tú, áspera Materia, gleba estéril, dura roca, tú que no cedes más que a la violencia y nos obligas a trabajar si queremos comer. 
Bendita seas, peligrosa Materia, mar violenta, indomable pasión, tú que nos devoras si no te encadenamos. 
Benditas seas, poderosa Materia, evolución irresistible, realidad siempre naciente, tú que haces estallar en cada momento nuestros esquemas y nos obligas a buscar cada vez más lejos la verdad. 
Bendita seas, universal Materia, duración sin límites, éter sin orillas, triple abismo de las estrellas, de los átomos y de las generaciones, tú que desbordas y disuelves nuestras estrechas medidas y nos revelas las dimensiones de Dios. 
Bendita seas, Materia mortal, tú que, disociándote un día en nosotros, nos introducirás, por fuerza, en el corazón mismo de lo que es.
Sin ti, Materia, sin tus ataques, sin tus arranques, viviríamos inertes, estancados, pueriles, ignorantes de nosotros mismo y de Dios. 
Tú que castigas y que curas, tú que resistes y que cedes, tú que trastruecas y que construyes, tú que encadenas y que liberas, savia de nuestras almas, mano de Dios, carne de Cristo, Materia, yo te bendigo. 
Yo te bendigo, Materia, y te saludo, no como te describen, reducida o desfigurada, los pontífices de la ciencia y los predicadores de la virtud, un amasijo, dicen, de fuerzas brutales o de bajos apetitos, sino como te me apareces hoy, en tu totalidad y tu verdad. 
Te saludo, inagotable capacidad de ser y de transformación en donde germina y crece la sustancia elegida. 
Te saludo, potencia universal de acercamiento y de unión mediante la cual se entrelaza la muchedumbre de las mónadas y en la que todas convergen en el camino del Espíritu. 
Te saludo, fuente armoniosa de las almas, cristal límpido de donde ha surgido la nueva Jerusalén. 
Te saludo, medio divino, cargado de poder creador, océano agitado por el Espíritu, arcilla amasada y animada por el Verbo encarnado. 
Tú, Materia, reinas en las serenas alturas en las que los santos se imaginan haberte dejado a un lado; carne tan transparente y tan móvil que ya no te distinguimos de un espíritu. 
¡Arrebátanos, oh, Materia, allá arriba, mediante el esfuerzo, la separación y la muerte; arrebátame allí en donde al fin sea posible abrazar castamente al Universo. "


Pierre Teilhard de Chardin


jueves, 5 de enero de 2017

Misión de la Literatura





Todo resuena, apenas se rompe el equilibrio de las cosas. Los árboles y las yerbas son silenciosas; el viento las agita y resuenan. El agua está callada: el aire la mueve, y resuena; las olas mugen: algo las oprime; la cascada se precipita: le falta suelo; el lago hierve: algo lo calienta.  
Son mudos los metales y las piedras, pero si algo los golpea, resuenan.  Así el hombre. Si habla, es que no puede contenerse; si se emociona, canta; si sufre, se lamenta. Todo lo que sale de su boca en forma de sonido se debe a una ruptura de su equilibrio.
La música nos sirve para desplegar los sentimientos comprimidos en nuestro fuero interno. Escogemos los materiales que más fácilmente resuenan y con ellos fabricamos instrumentos sonoros: metal y piedra, bambú y seda, calabazas y arcilla, piel y madera.  El cielo no procede de otro modo, también él escoge aquello que más fácilmente resuena: los pájaros en la primavera; el trueno en verano; los insectos en otoño; el viento en invierno.  Una tras otra, las cuatro estaciones se persiguen en una cacería que no tiene fin.  Y su transcurrir, ¿no es también una prueba de que el equilibrio cósmico se ha roto?
Lo mismo sucede entre los hombres; el más perfecto de los sonidos humanos es la palabra; la literatura, a su vez, es la forma más perfecta de la palabra.
Y así, cuando el equilibrio se rompe, el cielo escoge entre los hombres a aquellos que son más sensibles, y los hace resonar.


Han Yü - Título y versión de Octavio Paz


martes, 3 de enero de 2017

Un buen día




¿Crees que éste es un día más en tu vida? No, no es un día más; es el único día que se te da, es hoy. Se te ha dado, es un regalo. Es el único regalo que tienes en este momento, y la única respuesta apropiada es la gratitud.

Si no haces más nada que cultivar esa respuesta al regalo que este día irrepetible representa, aprenderás a responder como si fuera el primer y el último día de tu vida, y así habrás aprovechado muy bien tu día.

Comienza abriendo los ojos, y sorprendiéndote de que tienes ojos que puedes abrir. Sorpréndete del increíble despliegue de colores que se nos ofrece constantemente, y sólo para que lo disfrutemos.

Mira al cielo; muy pocas veces miramos al cielo, muy pocas veces notamos lo diferente que es minuto a minuto, con nubes yendo y viniendo. Sólo pensamos en el clima, y del clima no nos fijamos en sus muchos matices; sólo nos interesa si hace buen tiempo o mal tiempo. El clima del día de hoy es único, y probablemente nunca más se repita en la misma forma. La formación de las nubes en el día de hoy nunca más se repetirá tal cual es en este momento. Abre tus ojos y mira todo eso.

Mira los rostros de las personas con quienes te encuentras. Cada una de ellas tiene una increíble historia detrás de su rostro, una historia que jamás conoceremos plenamente. No sólo sus propias historias, sino también las de sus ancestros. Todos nosotros tenemos una historia que viene de muy lejos. Y en este preciso momento, hoy, todas esas personas con quienes te encuentras, toda esa vida que se transmite a través de generaciones y que viene de tantas partes del mundo, fluye y se encuentra contigo, como un torrente de agua que da vida, sólo si abres tu corazón y bebes de ella.

Abre tu corazón a los dones increíbles que la civilización nos ofrece. Accionas una llave, y tienes luz eléctrica; abres un grifo, y tienes agua caliente y fría, y agua potable, algo que millones y millones en el mundo nunca podrán experimentar. Éstos son sólo algunos de los innumerables regalos a los que puedes abrir tu corazón.

Espero que puedas abrir tu corazón a todas estas bendiciones, y que las dejes fluir a través tuyo, para que todo aquel con quien te encuentres en el día de hoy se vea bendecido con tu mirada, con tu sonrisa, con tu contacto, con solo tu presencia. Deja que la gratitud se derrame en bendiciones alrededor tuyo. Entonces este sí será realmente un buen día.

Hermano David Steindl-Rast


Los Napoleones del fin de semana

  Hay un brillo inquietante en sus ojos cuando acuden cada sábado a la cita. Llegan uno tras otro, casi furtivamente, con sus cajas y reglam...