jueves, 31 de enero de 2013

Importancia




A menudo se acusa al budismo de ser una religión tan absorta en lo impersonal y en lo eterno que descuida la importancia de las cosas individuales y temporales. Según sus enseñanzas, todo aquello que tiene forma está sujeto al cambio y carece de un yo perdurable, pero esto no implica que no sea importante. La importancia no se mide por el tiempo, y el cambio es un síntoma de la presencia de vida. Como dice un poema japonés:

El dondiego de día florece durante una hora;
sin embargo, en el fondo, no se diferencia
del gigantesco pino, que vive mil años.

Ante la inmensidad del tiempo y del espacio, el ser humano parece absolutamente insignificante. En comparación con los problemas enormemente complicados del mundo moderno, los deseos y temores menores del individuo parecen no tener importancia. Pero como el Budismo es el Camino Medio, debe considerar forzosamente como falsa filosofía esta actitud extrema. Es cierto que alguien demasiado preocupado por sus propios asuntos debería considerar la inmensidad del universo y el destino de la raza humana. Pero no dejemos que lo considere durante demasiado tiempo, y menos que olvide que también es suya la responsabilidad, no solo de la prosperidad humana, sino también del orden del universo. A pesar de que la astronomía moderna nos muestre nuestra insignificancia bajo las estrellas, nos dice también que solo con alzar un dedo las afectamos. Es cierto que nuestra existencia es pasajera, que no tenemos un yo perdurable, pero el tejido de la vida es de tal naturaleza que un hilo roto puede causar una ruina inconmensurable. La magnitud del mundo al que va vinculado nuestro destino incrementa mas que disminuye nuestra importancia. Parece que la naturaleza tenga en poca consideración a los individuos, y quizá provoque la muerte de millones de ellos como si no importase nada. Pero el valor se mide por la calidad, no por la cantidad. Un garbanzo puede ser tan redondo como el mundo, y en lo que concierne a la redondez, uno no es mejor que el otro. Y el ser humano es en sí mismo un pequeño universo, la configuración de su mente y de su cuerpo es tan compleja como la configuración de las estrellas. ¿Podemos decir, entonces, que gobernar el universo de un ser humano tiene menos importancia porque éste es de diferente tamaño?

De "Conviértete en lo que eres", de Alan Watts


Necesidad




Yo necesito pocas cosas,

y las que necesito,

las necesito poco.



San Francisco de Asís.


La función en el mundo





"Alcanzar nuestra verdadera naturaleza significa simplemente mantener, de instante en instante, una situación correcta, una relación correcta y una función correcta en este mundo."

Seung Sahn

Frase y fotografía extraídas de:
http://www.facebook.com/elcaminodelmedio?ref=stream



"... una función correcta en este mundo."

Si, ya se, ya van a salir a decirme que el Hombre no cumple función alguna en este mundo, que es totalmente prescindible y demás pero... de ser así, para que estaría en este mundo?
Me gusta creer que estamos porque así debe ser... porque así es. Digo más, ni siquiera tiene sentido plantearse si debemos estar o no, si somos prescindibles o no, estamos y con eso alcanza y sobra. Más aún, no "estamos" acá porque llegamos en una nave espacial, "crecimos acá", somos parte del complejo proceso vital que se generó en este planeta y, por lo tanto, no podemos ser escindidos de ese proceso sin generar cambios en la totalidad.

Como Seung Sahn creo que nuestra tarea sería mantener nuestra función correcta en el fluir universal sin importar el porque ni el hasta cuándo, solo ser parte del conjunto, del universo del que pretendemos bajarnos para así estudiarlo mejor, sin darnos cuenta que no podemos salir y ver desde afuera, cuando creemos que salimos, solo reducimos dramáticamente las variables a estudiar para poder comprender mejor un proceso muy complejo que no puede estudiarse con una herramienta tan precaria.



domingo, 13 de enero de 2013

Libros





"Había una vez, un erudito filósofo bien conocido, que se ofrendó al estudio del Zen por muchos años.
El día que finalmente alcanzó la iluminación, sacó todos sus libros al jardín y los quemó."

Cuento zen

Hermann Hesse describía el período final de su búsqueda...

"No soy un hombre que sabe. He sido un hombre que busca y lo soy aún, pero no busco ya en las estrellas ni en los libros; comienzo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mí."
...La vida de todo hombre es un camino hacia sí mismo, la tentativa de un camino, la huella de un sendero."


Finalmente los libros son solo eso, el vehículo que nos permite encontrar dentro nuestro lo que alguna vez olvidamos. Una vez cumplida esa misión, puede prescindirse de ellos y quemarlos... o guardarlos, como quien guarda un álbum de fotos, solo para recordar el camino recorrido y ese paisaje particular que alguna vez nos emocionó o nos abrió los ojos. 






Transitorio





Un famoso profesor espiritual llegó hasta la puerta del palacio del rey. Ninguno de los guardias intentó detenerlo mientras entraba y caminaba hacia donde el mismo rey estaba sentado en su trono.

- “¿Qué quiere?”, preguntó el rey, reconociendo inmediatamente al visitante.

- “Quisiera un lugar para dormir en esta posada”, contestó el maestro.

- “Pero esta no es una posada”, dijo el rey, “es mi palacio”.

- “¿Puedo preguntar quién era el dueño de este palacio antes de usted?”

- “Mi padre. Él está muerto”.

- “¿Y quien era el dueño antes de él?”.

- “Mi abuelo. Él también está muerto”.

- “¿Y este lugar en donde la gente vive por un corto tiempo y después se muda, acaso le oí decir que no es una posada?”

Leído en http://www.cuentoszen.com/


Cartas Escogidas - Hermann Hesse





AL SEÑOR ST. B. Naumburg
 Zürich, 24 de noviembre de 1930.

... Estoy más cerca de su concepción de la vida que de la que mantiene su hija. Desde luego, no opino que el no vivir sea mejor que el vivir, pero sí comparto la opinión de todos los sabios de la antigüedad, a saber, que una cierta superioridad y dominio sobre el dolor y la inquietud solo pueden provenir del despertar interior, de la consideración, o mejor aún, de la experiencia íntima, de que el mundo sensorial y el acontecer exterior son accidentales y carentes de realidad, y también de que no podremos redimirnos de la vida ni mediante la entrega a las niñerías y preocupaciones que trae consigo, ni tampoco mediante una ascética renunciación, sino solo mediante el conocimiento y comprensión, renovado a través de todos los tiempos, de la unidad de Dios, que se halla oculta tras de los abigarrados velos de los sucesos vitales. Lo redentor de esta convicción no es solamente el logro de un mayor sosiego ante las exigencias del mundo y de las propias pasiones, sino también una resignación ante la imposibilidad de realizar nuestras exigencias morales, porque no vivimos, sino que somos vividos desde fuera, somos hilos del gran velo, nada más. Esta es, más o menos, la fe de mis horas de meditación, y este es también su consuelo.
 No tengo, sin embargo, necesidad alguna de predicar a los demás esta fe. Cuando la vida conduce hasta mí a seres humanos sumidos en grave aprieto, procuro decir una palabra, sí, pero nada más, ni siquiera a mis propios hijos..
 ... Las verdaderas sabidurías y las posibilidades de redención, por otra parte, no están ahí para instrucción o entretenimiento, sino solamente para uso de aquellos que se encuentran con el agua al cuello...

Extraído de "Cartas Escogidas" - Hermann Hesse


La Ejecución





En su peregrinación, el maestro y algunos de sus discípulos bajaron de la montaña al llano y se encaminaron hacia las murallas de la gran ciudad. Ante la puerta se había congregado una gran muchedumbre. Cuando se hallaron más cerca vieron un cadalso levantado y los verdugos ocupados en llevar a rastras hacia el tajo a un individuo ya muy debilitado por el calabozo y los tormentos. La plebe se agolpaba alrededor del espectáculo. Hacían mofa del reo y le escupían, movían bulla y esperaban con impaciencia la decapitación.
 —¿Quién será y qué delitos habrá perpetrado —se preguntaban unos a otros los discípulos- para que la multitud desee su muerte con tanto afán? Aquí no se ve a nadie que manifieste compasión ni que llore.
 —Supongo que será un hereje —dijo el maestro con tristeza.
 Siguieron acercándose, y cuando se vieron confundidos con el gentío los discípulos preguntaron a izquierda y derecha quién era y qué crímenes había cometido el que en aquellos momentos se arrodillaba frente al tajo.
 —Es un hereje —decía la gente muy indignada-. ¡Hola! ¡Ahora inclina su cabeza condenada! ¡Acabemos de una vez! En verdad ese perro quiso enseñarnos que la ciudad del Paraíso tiene sólo dos puertas, ¡cuando a todos nosotros nos consta perfectamente que las puertas son doce!
 Asombrados, los discípulos se reunieron alrededor del maestro y le preguntaron:
 —¿Cómo lo adivinaste, maestro?
 Él sonrió y, mientras echaba de nuevo a andar, dijo en voz baja:
 —No ha sido difícil. Si fuese un asesino, o un bandolero o cualquier otra especie de criminal, habríamos visto entre las gentes del pueblo pena y compasión. Muchos llorarían y algunos hasta pondrían el grito en el cielo proclamando su inocencia. Al que tiene una creencia diferente, en cambio, se le puede sacrificar y echar su cadáver a los perros sin que el pueblo se inmute.

Hermann Hesse



sábado, 12 de enero de 2013

Sobre la autosuperación


Si buscas al Buda, no verás al Buda;
Si buscas al Patriarca, no verás al Patriarca.
El melón dulce es dulce hasta el tallo.
La calabaza amarga es amarga hasta las raíces.

Goso





Algunos Budas son pequeños y otros son grandes; algunos estudiantes son principiantes y otros están muy avanzados, pero cada uno está "bien" exactamente como está. Porque si intenta mejorarse cae en el círculo vicioso del egoísmo. Tal vez resulte difícil para la mente occidental el apreciar que el hombre se desarrolla más por crecimiento que por autosuperación, y que ni el cuerpo ni la mente pueden crecer forzados. de la misma forma que la semilla se convierte en árbol, el pequeño Buda llega a ser el gran Buda. No es una cuestión de superación, porque un árbol no es una semilla que se ha superado, e incluso es perfectamente acorde con la naturaleza o Tao que muchas semillas nunca se conviertan en árboles. Las semillas a las plantas llevan, y las plantas a las semillas. No es una cuestión de mayor o menor, mejor o peor, porque el proceso se cumple en cada momento de su actividad.


Extraído de "El Camino de la Liberación" - Alan Watts


martes, 1 de enero de 2013

Apegos





Para el ser ordinario, los demás suelen necesitar tolerancia.
Para el ser altamente evolucionado, no hay nada que pueda llamarse tolerancia, porque no hay nada que pueda llamarse otro.
Ha abandonado toda la idea de dualidad y ha extendido su buena voluntad sin prejuicio en todas las  direcciones.
Sin odiar nunca, sin resistir nunca, sin luchar nunca, simplemente está siempre aprendiendo y siendo.
Amar, odiar, tener expectativas: todas estas cosas son apegos.
El apego impide el crecimiento del verdadero ser.
Por ello, el ser integral no está apegado a nada y puede relacionarse con cualquiera con una actitud sin estructuras.
Por esta razón, esta misma existencia beneficia a todas las cosas.
Como puedes ver, lo que tiene forma es igual a lo que no tiene forma, y lo que está vivo es igual a lo que reposa.
Esta es la verdad sutil, no un invento religioso, pero sólo quienes ya están altamente evolucionados lo entenderán.

Hua Hu Ching


Ego




El ego es un mono que salta a través de la selva: totalmente fascinado por el reino de los sentidos,  cambia de un deseo a otro, de un conflicto a otro, de una idea centrada en si misma a la siguiente.
Si lo amenazas, realmente teme por su vida. Deja partir a ese mono.
Deja partir los sentidos. Deja partir los deseos. deja partir los conflictos. Deja partir las ideas.
Deja partir la ficción de la vida y de la muerte. Permanece simplemente en el centro, observando.
Y después olvídate de que estás en él.

Hua Hu Ching


Los Napoleones del fin de semana

  Hay un brillo inquietante en sus ojos cuando acuden cada sábado a la cita. Llegan uno tras otro, casi furtivamente, con sus cajas y reglam...