jueves, 28 de febrero de 2013

Mi corazón al desnudo




"Pienso empezar "Mi corazón al desnudo" en cualquier parte, sin importarme cómo, y continuarlo día a día siguiendo la inspiración del momento y la circunstancia, con tal de que la inspiración esté viva."
Con esta declaración de principios comienza Baudelaire el segundo de sus diarios íntimos ("Mi corazón al desnudo")

Con ese mismo espíritu escribo y comparto cosas acá... siempre expresando lo que mi corazón necesita decir, bajo distintas formas, claro, pero siguiendo ese hilo conductor. Una especie de corazón al desnudo, aunque no tan desnudo porque, como decía el propio Baudelaire, esa sería una tarea que ningún hombre podría llevar a cabo sin mentir u ocultar algunas cosas que hasta a él mismo le horrorizarían.
Si alguna vez algo de lo que comparto aparece bajo la forma de un hecho cotidiano, de una noticia, de una canción, es solo la forma que lo que necesito decir adopta, una máscara, para poder ser comunicado. Solo son intentos de sacar a la luz eso inaccesible y sin forma que se mueve tras las caras del cubo del rompecabezas.
Lo curioso de todo esto es que estoy convencido de que ese vacío es incomunicable, imposible de describir y compartir y, sin embargo, siempre vuelvo a intentarlo, una y otra vez. Alguna vez tuve amigos con los que podía sacar estas cosas a la luz, una especie de espejos que me ayudaban a reflejar eso sin forma... hoy, aún a riesgo del ridículo, es esta fría red social que multiplica oídos que, seguramente, serán insuficientes... una vez más.

También es lícito ver todo esto como una sarta de pavadas...


domingo, 24 de febrero de 2013

El tragaluz en la prisión





“... soy la falla en la armadura, soy el tragaluz en la prisión, soy el error en el cálculo: yo soy la vida.
Habéis integrado la marcha de la estrella - oh, generación de laboratorios ! - y ya no la conocéis: es un signo en vuestro libro, pero ya no es la luz; sabéis de ella menos que un chiquillo. Habéis descubierto hasta las leyes que gobiernan el amor humano, pero éste amor mismo escapa a vuestros signos; sabéis menos de él que una muchachita... Os libero del primer hombre que calculó la caída de un fruto y os encerró en esa esclavitud.”

Antoine de Saint-Exupery


domingo, 17 de febrero de 2013

El bambú aguanta el peso




Los enebros del templo han estado en pie durante muchos años, e incontables visitantes han descansado a su sombra. Ahora están envejeciendo. Sus pesadas ramas empiezan a debilitarse y a romperse.

Cerca, un roble enorme yace en el suelo: un siglo de crecimiento desarraigado en un momento, como una rama. Tras los árboles se alzan los altos bambúes. Como si fueran grullas, se aguantan inmóviles. Una pierna delgada las sostiene imperturbables entre la hierba y el cielo abierto. A principios de la primavera, el sol se filtra entre sus delgadas hojas verdes. Los jóvenes retoños se estiran hacia el brillo del sol. Sus padres se balancean bajo la luz del sol por encima de ellos.

El sonido del viento llega desde el bosque. Como si se tratara de un millar de manos ondulando al viento, las hojas de todas las cañas giran lentamente.

Por debajo de los retoños inclinados, el tallo del bambú está ligeramente curvado. Toma la fuerza de todos los elementos: resistente, arraigado, tranquilo. Al contrario que los árboles que se rompen y caen, su tallo es solo un hueco, nada más. Su fuerza reside en su vacío.


Extraído del libro Chi Kung - El Camino de la Energía, de Lam Kam Chuen


lunes, 11 de febrero de 2013

La Casa de Húespedes





Este ser humano es como una casa de huéspedes.

Cada mañana, una nueva visita,
una alegría, una depresión, una maldad,
un momento de conciencia viene como un visitante inesperado.

Dales la bienvenida y entretenlos a todos!
Aun si son una multitud de penas,
quienes violentamente barren con tu casa
y arrasan hasta con los muebles, aun así,
trata a cada visita honorablemente.

Te pueden estar limpiando para un deleite nuevo.

El pensamiento oscuro, la vergüenza, la malicia,
recíbelas en la puerta sonriendo, e invítalas adentro.

Se agradecido por cualquiera que llega,
por  que cada uno ha sido enviado como una guía de el mas allá.

Rumi


Los Napoleones del fin de semana

  Hay un brillo inquietante en sus ojos cuando acuden cada sábado a la cita. Llegan uno tras otro, casi furtivamente, con sus cajas y reglam...