domingo, 19 de agosto de 2012

Algo se mueve...



Hay días apacibles, días en los que todo transcurre por los carriles establecidos. 
Puedo sentirme seguro y protegido. Arropado en mis creencias, en mis seguridades hechas de respuestas encontradas con esfuerzo o robadas vilmente de algunos inspirados líderes.
Pero hay días, hoy, por ejemplo, en los que un suceso inesperado me sacude toda estructura. El piso cede y tambaleo y siento el vértigo del abismo a mis pies.
No necesariamente son días malos, pueden ser días maravillosos, donde algún sentimiento hermoso sea el que sacude mi seguridad. Algo dormido en la profundidad del olvido, de pronto, surge como un rayo de luz que me ciega y pierdo el sentido del camino.
Claro que se que todo es solo producto de la imaginación, una mala pasada de mi corazón, demasiado propenso a soñar, pero el piso se me mueve igual.
De cualquier manera, aunque se que es un sueño, me entrego y lo disfruto. Más tarde veré cómo hago para safar de la ilusión que me cegó por un instante...


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