lunes, 21 de noviembre de 2011

Sobre mejorar el mundo




¿Quieres mejorar el mundo?
No creo que pueda hacerse

El mundo es sagrado.
No puede mejorarse.

Si lo manoseas, lo arruinas.
Si lo tratas como un objeto, lo pierdes

Hay un tiempo para estar delante
y un tiempo para estar detrás.
Un tiempo para estar en movimiento
y un tiempo para estar en descanso.
Un tiempo para estar vigoroso
y un tiempo para estar exhausto.
Un tiempo para estar a salvo
y un tiempo para estar en peligro.

El Maestro ve las cosas tal cual son
sin intentar controlarlas.
Deja que sigan su propio curso
y reside en el centro del círculo.

Tao Te Ching - Capítulo 29 - Versión al inglés de Stephen Mitchel

martes, 25 de octubre de 2011

Del Hua Hu Ching




- Las leyes naturales del universo son inviolables:
- La energía se condensa en sustancia.
- Los alimentos se toman por la boca y no por la nariz.
- La persona que olvida respirar se amorata y muere.
- Sencillamente, no pueden descartarse algunas cosas.
- Forma parte también de la ley cósmica el que lo que dices y lo que haces determina lo que sucede en tu vida.
- La persona ordinaria piensa que esta ley es externa a si misma y se siente encerrada y controlada por ella.
- Así pues, sus deseos perturban su mente, su mente perturba su espíritu, y ella vive en una constante agitación  consigo misma y con el mundo.
- Gasta toda su vida en la lucha.
- La persona superior reconoce que ella y la ley sutil son la misma cosa.
- Por ello, se desarrolla de acuerdo con ella. Actuando con moderación y clarificando su mente. Al comportarse de este modo, se encuentra en armonía con todo lo que es divino y está iluminado.
- Pasa sus días bebiendo de la serenidad y respirando satisfacción.
- Esta es la verdad profunda y simple: Eres el dueño de tu vida y de tu muerte. Lo que haces es lo que eres.

Extraído del Hua Hu Ching - Capítulo 40, traducción de Brian Walker


viernes, 30 de septiembre de 2011

El Arbol en Flor


La estación cambia imperceptiblemente. La luz del amanecer es pálida.
Las nubes van a la deriva en el horizonte. A lo lejos nada se mueve.
Es un amanecer tranquilo.



El árbol permanece inmóvil, pero está cambiado. El aire de la mañana es cálido, la hierba está húmeda. Las diminutas criaturas de la tierra se mueven en el suelo.

Las crecidas raíces del árbol se extienden en la tierra, llenas de incontables cambios en su mundo oscuro y húmedo. Sus finos filamentos absorben el rocío que briila en el suelo.

La tierra asciende a través del árbol. En el interior de su poderoso tronco, la vida se estremece y despierta. Inmenso y solitario, el árbol está dando a luz.
Se abren nuevos brotes en el aire. Emergen hojas rizadas en miniatura, el producto de los meses tranquilos y solitarios del invierno.

El árbol está profundamente sumido en el crecimiento. Su corteza está tensa. Innumerables células están dando a luz.

Los vientos de la mañana soplan a través del árbol que crece. En cada rama, los capullos y flores tiemblan bajo la brisa. A cada rayo de sol aparecen nuevas hojas. Los poros abiertos de las hojas respiran y llenan sus venas. 
El árbol está envuelto por el silencio como una cascada. Permanece paralizado, inmóvil entre el potente tirón de todos los filamentos de sus raíces y los pétalos fragantes y evanescentes de sus ramas.



Extracto del Libro El Camino de la Energía - Lam, Kan Chuen



sábado, 17 de septiembre de 2011

El Arbol en Invierno


Esta es la época de la regeneración oculta. La niebla flota sobre el suelo.
En los campos se forma escarcha.

El árbol está inmóvil. Se alza solo y tranquilo. En la oscuridad del amanecer, la naturaleza duerme. No hay movimiento en el aire, ninguna señal de temblor en las ramas. El árbol está silencioso en la oscuridad como una piedra: como un pilar en el patio de un templo vacío.


Un sonido distante rompe la tranquilidad. Los primeros rayos de luz del día avanzan sobre la tierra. La sombra del árbol se mueve con el amanecer, pero el árbol está inmóvil.

La tierra de debajo del árbol está helada. Sobre la tierra, la corteza está fría, las ramas están rígidas. Un caminante podría preguntarse si el árbol vivirá en primavera.

Pero por debajo del suelo la tierra es cálida. El peso de todo el árbol desciende a las raíces, que son indiferentes al suelo helado, crecen hacia adentro de la tierra.

El árbol no tiene miedo. Había sido una semilla: sabe que la tierra lo sustenta. En su corazón se forma un anillo vital. Alrededor de su columna vertebral, surge una nueva vida que proviene de la tierra, mientras los copos de nieve caen sobre el árbol inmóvil y silencioso.


Extracto del Libro El Camino de la Energía - Lam, Kan Chuen

sábado, 10 de septiembre de 2011

La Necesidad de Vencer




Cuando un arquero dispara porque sí
está en posesión de toda su habilidad.

Si está disparando por ganar una hebilla de bronce
ya está nervioso.

Si el premio es de oro,
se ciega o ve dos blancos...
¡Ha perdido la cabeza!

Su habilidad no ha variado. Pero el premio lo divide.
Está preocupado.
Piensa más en vencer que en disparar...
Y la necesidad de ganar le quita el poder.

Chuang-Tse

sábado, 3 de septiembre de 2011

La Tortuga Sagrada



Chuang-Tzu paseaba por las orillas del río Pu. El rey de Chou envió a dos altos funcionarios con la misión de proponerle el cargo de Primer Ministro. La caña entre las manos y los ojos fijos en el sedal, Chuang-Tzu respondió: "Me han dicho que en Chou veneran una tortuga sagrada, que murió hace tres mil años. Los reyes conservan sus restos en el altar familiar, en una caja cubierta con un paño. Si el día que pescaron a la tortuga le hubiesen dado la posibilidad de elegir entre morir y ver sus huesos adorados por siglos o seguir viviendo con la cola enterrada en el lodo, ¿qué habría escogido?" Los funcionarios repusieron: "Vivir con la cola en el lodo". Pues ésa es mi respuesta: prefiero que me dejen aquí, con la cola en el lodo, pero vivo".

Chuang-Tse

El Valor del Vacío




Treinta rayos convergen en el buje:
es este vacío lo que permite al carro cumplir su función.
Las vasijas están hechas de barro hueco:
gracias a esta nada cumplen su función.
Puertas y ventanas se horadan para crear una alcoba,
pero el valor de la alcoba estriba en su vacuidad.
Así, lo que es, sirve para ser poseído,
y lo que no es, para cumplir una función.

Lao Tse


lunes, 29 de agosto de 2011

Problemas




No existe ningún problema
que no te aporte, simultaneamente, un don.

Buscas los problemas
porque necesitas sus dones.

Richard Bach

domingo, 28 de agosto de 2011

Poemas Zen





Las flores se van cuando nos apena perderlas,
los yuyos llegan cuando nos apena verlos llegar.

(Dogen. El Camino del Zen, de Alan Watts)

Quietamente sentado, sin hacer nada,
llega la primavera y crece sola la hierba.

(Poema del Zenrin Kushu. El Camino del Zen, de Alan Watts)

Aunque no trata de preservar conscientemente
los campos de arroz de los intrusos,
El espantapájaros, después de todo,
no está allí plantado sin propósito.

(Poema Zen, de Bukkoku Kokushi)


jueves, 25 de agosto de 2011

Presente y Eternidad




Todo momento es frágil y huidizo.
Por hermosos que sean, no pueden conservarse los momentos del pasado.
Por gozosos que sean, no pueden guardarse los momentos del presente.
Por deseables que sean, no pueden atraparse los momentos del futuro.
Pero la mente se desespera por fijar el río en un lugar: poseída por las ideas del pasado, preocupada por las imágenes del futuro, pasa por alto la simple verdad del momento.
Quien pueda disolver su mente descubrirá de repente el Tao a sus pies, y tendrá la claridad a mano.

Fragmento del Hua Hu Ching

martes, 16 de agosto de 2011

Suerte y desgracia - Un cuento Chino




Hace muchos años, en una pobre aldea china, vivía un labrador con su hijo. Su único bien material, aparte de la tierra y de la pequeña casa de paja, era un caballo que había heredado de su padre.

Un buen día el caballo se escapó, dejando al hombre sin animal para labrar la tierra. Sus vecinos – que lo respetaban mucho por su honestidad y diligencia – acudieron a su casa para decirle cuanto lamentaban lo ocurrido. Él les agradeció la visita, pero preguntó:
- ¿Cómo podéis saber que lo que ocurrió ha sido una desgracia en mi vida?
Alguien comentó en voz baja con un amigo: “él no quiere aceptar la realidad, dejemos que piense lo que quiera, con tal que no se entristezca por lo ocurrido”.
Y los vecinos se marcharon, fingiendo estar de acuerdo con lo que habían escuchado.

Una semana después, el caballo retornó al establo, pero no venía solo: traía una hermosa yegua como compañía. Al saber eso, los habitantes de la aldea, - alborozados, porque solo ahora entendían la respuesta que el hombre les había dado – retornaron a casa del labrador, para felicitarlo por su suerte.
- Antes tenías solo un caballo, y ahora tienes dos. ¡Felicitaciones! – dijeron.
- Muchas gracias por la visita y por vuestra solidaridad – respondió el labrador. -¿Pero cómo podéis saber que lo que ocurrió es una bendición en mi vida?
Desconcertados, y pensando que el hombre se estaba volviendo loco, los vecinos se marcharon, comentando por el camino “¿será posible que este hombre no entienda que Dios le ha enviado un regalo?”

Pasado un mes, el hijo del labrador, decidió domesticar la yegua. Pero el animal saltó de una manera inesperada, y el muchacho tuvo una mala caída, rompiéndose una pierna.
Los vecinos retornaron a la casa del labrador, llevando obsequios para el joven herido. El alcalde de la aldea, solemnemente, presentó sus condolencias al padre, diciendo que todos estaban muy tristes por lo que había sucedido.
El hombre agradeció la visita y el cariño de todos. Pero preguntó:- ¿cómo podéis vosotros saber si lo ocurrido ha sido una desgracia en mi vida?
Esta frase dejó a todos estupefactos, pues nadie puede tener la menor duda de que un accidente con un hijo es una verdadera tragedia. Al salir de la casa del labrador, comentaban entre sí: “realmente se ha vuelto loco; su único hijo se puede quedar cojo para siempre y aún tiene dudas que lo ocurrido sea una desgracia”.

Transcurrieron algunos meses y el Japón declaró la guerra a China. Los emisarios del emperador recorrieron todo el país en busca de jóvenes saludables para ser enviados al frente de batalla. Al llegar a la aldea, reclutaron a todos los jóvenes excepto al hijo del labrador, que estaba con la pierna rota.
Ninguno de los muchachos retornó vivo. El hijo se recuperó, los dos animales dieron crías que fueron vendidas y rindieron un buen dinero. El labrador pasó a visitar a sus vecinos para consolarlos y ayudarlos, ya que se habían mostrado solidarios con él en todos los momentos.

Siempre que alguno de ellos se quejaba, el labrador decía: “¿cómo sabes si esto es una desgracia?”. Si alguien se alegraba mucho, él preguntaba: “¿Cómo sabes si eso es una bendición?” Y los hombres de aquella aldea entendieron que, más allá de las apariencias, la vida tiene otros significados.

Cuentos de los sabios taoístas

domingo, 14 de agosto de 2011

Barriendo impurezas




Cuentan que un hombre mayor que había recorrido años y kilómetros en la búsqueda del camino espiritual, se topó un día con un monasterio perdido en las sierras.
Al llegar allí, tocó a la puerta y pidió a los monjes que le permitieran quedarse a vivir en ese lugar para recibir enseñanzas espirituales. El hombre era analfabeto, muy poco ilustrado, y los monjes se dieron cuenta de que ni siquiera podría leer los textos sagrados, pero al verlo tan motivado decidieron aceptarlo.
Los monjes comenzaron a darle, sin embargo, tareas que, en un principio, no parecían muy espirituales..

-”Te encargarás de barrer el claustro todos los días” -le dijeron.

El hombre estaba feliz. Al menos, pensó, podría reconfortarse con el silencio reinante en el lugar y disfrutar de la paz del monasterio, lejos del mundanal ruido.
Pasaron los meses, y en el rostro del anciano comenzaron a dibujarse rasgos más serenos, se lo veía contento, con una expresión luminosa en el rostro y mucha calma. Los monjes se dieron cuenta de que el hombre estaba evolucionando en la senda de la paz espiritual de una manera notable.

Un día le preguntaron: -¿”Puedes decirnos qué práctica sigues para hallar sosiego y tener tanta paz interior?”

-”Nada en especial. Todos los días, con mucho amor, barro el patio lo mejor que puedo. Y al hacerlo, también siento que barro de mí todas las impurezas de mi corazón, borro los malos sentimientos y elimino totalmente la suciedad de mi alma”.
De este modo el hombre se fue tornando un ejemplo para los monjes, quienes comenzaron a admirarlo y a ofrecerles tareas más importantes, pero el anciano prefirió seguir barriendo las impurezas.
Y cuentan que un día su corazón quedó tan limpio y puro que despertó a la conciencia universal, y aún así, continuó barriendo.


Un camino...




"No soy un hombre que sabe. He sido un hombre que busca, y lo soy aún; pero no busco ya en los libros y las estrellas, comienzo a escuchar las enseñanzas que mi sangre murmura en mí."

Hermann Hesse


domingo, 13 de marzo de 2011

Silencioso Tao




"Los cristianos se ven obligados a convencer a los paganos y a los ateos, con el fin de salvar sus almas, de que Dios existe. Los ateos se ven obligados a convencer a los cristianos de que la creencia en Dios es una superstición primitiva e infantil, que hace un gran daño al verdadero progreso social. Y, a causa de ello, pelean sin cesar los unos con los otros.
Mientras tanto, el Sabio taoísta se sienta tranquilamente junto a un río, tal vez con un libro de poemas, un vaso de vino y algunos artilugios para pintar, disfrutando del Tao a su gusto, sin tan siquiera preocuparse de si éste existe. El Sabio no necesita afirmar al Tao; ¡Está demasiado ocupado disfrutando de él!"

Raymond Smullyan


Los Napoleones del fin de semana

  Hay un brillo inquietante en sus ojos cuando acuden cada sábado a la cita. Llegan uno tras otro, casi furtivamente, con sus cajas y reglam...